periodico el sable

viernes, 10 de febrero de 2012

POBREZA RARAMURI, EJEMPLO DE LA MISERIA

* Quienes aspiran a gobernar al país deben dejar la demagogia y decir qué van a hacer para combatir en serio la miseria de las mayorías.





México, DF.- Aquiles Córdova Morán, dirigente nacional del Movimiento Antorchista, asegura que la pobreza y crisis alimentaria que vive el pueblo rarámuri no es exclusivo de esa región, sino parte y ejemplo de lo que viven más del 50 por ciento de la población del país.

Agrega que esa pobreza que han reproducido los medios de comunicación, son muestra de que la brecha que separa a los mexicanos más ricos de los más pobres se ha ahondado peligrosamente en los últimos años.

En su opinión admite que es desgarrador el suplicio que están viviendo más de 100 mil mexicanos tarahumaras, asentados en la parte más inaccesible e inhóspita de la Sierra Madre Occidental, en el estado de Chihuahua; una situación de pobreza que resulta increíble y difícil de aceptar para un ser humano del siglo XXI.

Opina que no obstante los gestos de solidaridadhumana de que han dado muestra el Gobierno federal, la jerarquía católica, la Cruz Roja mexicana y miles de mexicanos que han llevado alimento, ropa y medicinas, esas donaciones no ayudan a mitigar ni dar solución al problema.

“Es obvio, sentencia, que es la falta de servicios básicos, es decir, el innegable y criminal abandono en que los han tenido los distintos gobiernos de los tres niveles, lo que determina y explica su conformismo, su falta de ambición por una vida mejor”.

Resulta grotesco, pues, culpar por la insuficiencia de la ayuda “a la falta de vías de comunicación o al atavismo social y cultural de los tarahumaras”.

En ese sentido, critica el papel de los medios que buscan difundir, de manera insistente, que el desastre del hambre es exclusivo de los tarahumaras como si en el resto del país “la situación fuera distinta y mejor".

Pareciera que “los gobiernos de Chihuahua y federal están de acuerdo y miran como eventual la hambruna que azota a los rarámuris, derivada sólo de la sequía atípica (la mayor en 100 años) que azota a más de la mitad del territorio nacional.

Pero nada de esto es completamente cierto, señala Córdova: “la agudización del hambre de los tarahumaras sí es derivado de la sequía, pero su origen es la miseria humana y social en que viven todos los pueblos indígenas desde que la conquista española los despojó de sus recursos naturales y los redujo a la condición de esclavos. Y que 200 años de independencia y de ‘progreso’ no han sido capaces de modificar.

El dirigente social advierte que la marginación no es exclusiva de la región Tarahumara; “existen en todo el territorio nacional y azotan por igual a indígenas y no indígenas, es decir, a todo aquel mexicano que, por carecer de empleo, de un salario digno o de una fuente de ingresos segura y legítima, se ve obligado a vegetar en la misma mugre, ignorancia, insalubridad, falta de vivienda y de alimento que sus hermanos rarámuris”.

Por ello, dice, ni el incremento de las cantidades de víveres y otros insumos donados por la población, por grande que sea, ataca el problema en su raíz y no es, por tanto, la solución de fondo. Lo que se requiere son proyectos claros, más ahora en el contexto de elecciones presidenciales “pero sin frases trilladas que nada dicen y a nada comprometen”.

“Quienes aspiran a gobernar al país deben dejar la demagogia que sólo busca votos apelando al sentimentalismo y no a la inteligencia; que salgan de los lugares comunes y de las generalidades huecas, y digan con toda claridad, precisión y puntualidad, qué van a hacer para combatir en serio la miseria de las mayorías, que tan bien ilustra el caso de los tarahumaras”.

“Este país ya maduró, sentencia, ya salió de la adolescencia y se hizo adulto, y exige, en consecuencia, políticos adultos, responsables de sus actos y de sus ofrecimientos ante el insobornable tribunal del pueblo”.